El libro del que voy a hablar a continuación se trata del
tercero de la saga protagonizada por el célebre pirata malayo Sandokán. ¿Quién
no ha oído hablar de él? Lamentablemente, me temo que unos cuántos. En los años
70-80 hubo una famosa serie que le otorgó una merecida fama, pero los chicos de
hoy en día no creo que le conozcan. Una verdadera pena, porque el libro en
cuestión me ha encantado.

El primer libro narra el comienzo de ese amor, el segundo
(en el que Sandokán no aparece) narra las aventuras de Tremal-Naik y Kammamuri,
y el tercero (el que me he leído) junta a todos los personajes de los libros
anteriores en una sola historia.
Mi nota es un 9,6. Sabía que me iba a gustar (de pequeña mi
madre me leía el cómic, y la historia de amor entre Sandokán y Mariana se
convirtió en una de mis favoritas), así que caer encandilada por la lectura no
fue una sorpresa.
Aquellos que adoran a los piratas, los que creen que “Piratas
del Caribe” es la mejor saga sobre estos personajes… que se lean este libro.
Los piratas de Mompracem son un gigante comparados con los piratas de Jack
Sparrow.
A partir de aquí, pasemos con los spoilers (AVISO: Si
los lees, te cargas la trama de los dos primeros libros):
-Bien hecho:
-Sandokán. Sandokán. Sandokán, Sandokán, Sandokán. ¡¡SANDOKÁN!!
¿He dicho ya a Sandokán? A-DO-RO A ES-TE PI-RA-TA. LE ADORO!! AISH, héroe de mi
infancia, no ha podido gustarme más J. Emilio Salgari hace
gala de su genialidad literaria creando a este personaje, que bien puede
organizar un motín matando a toda la tripulación, como secuestrar un navío y
pagar a sus tripulantes una cantidad mucho mayor que el precio real del barco.
Desprecia a los cobardes y a los débiles, pero cuando estos se hayan el
peligro, corre a ayudarles. Es un titán de los mares: fuerte, serio, valiente, aparentemente
invencible e imperturbable, que contempla con frialdad una monstruosa
tempestad, que se ríe de las balas y lucha por cualquier causa que considere
justa. Un coloso de hierro para algunos, pero que se derrumba al recordar a su
difunta esposa (Emilio Salgari pagará muy caro eso…). ¿Mejorable? En mi opinión,
no. Jack Sparrow debe de morirse de envidia al contemplarle.
-Los personajes secundarios, tales como Ada Corishant,
Tremal-Naik, Kammamuri, lord James Guillonk, el galés, el sobrino de
Muda-Hassin, así como los piratas de Mompracem… Todos absolutamente
perfectos y con sus respectivas historias magníficamente entrelazadas con la de
Sandokán.
-El portugués Yáñez. No solo aporta un humor que se agradece en
ocasiones, sino que es un modelo de lealtad y coraje. Un blanco que odia a los
hombres de su color, y que se encuentra más a gusto entre piratas que entre la
corte. Capaz de cumplir sus objetivos de la forma más imaginativa posible, y el
vínculo que mantiene con Sandokán es, sin duda, lo mejor de estos personajes.
Repasemos: Sandokán captura a Yáñez (si no recuerdo mal) al asaltar un barco, y
este se une a los piratas de Mompracem. Con el paso del tiempo, el Tigre de
Malasia llega a confiar más en este blanco que en cualquiera de sus piratas más
leales. Lo que empieza como una relación jefe-subordinado, se convierte en una
amistad sincera y fuerte, tanto, que ambos llaman “hermano” al otro. ¡Pero si
Sandokán devuelve a James Brooke vivito y coleando para poder recuperar la
libertad de Yáñez! Hay gente que dice que los mejores piratas son aquellos que
hacen gala de frialdad y dureza, las cuales son vencidas por la dulzura de la
muchacha de turno. Pues que digan lo que quieran, pero el tierno abrazo que
Sandokán le da a Yáñez cuando este es liberado, para mí, es mucho mejor que
cualquier apariencia de ser inalcanzable. Y aquí os dejo la prueba:

-¿Dónde está? ¿Dónde está?...-le oyó murmurar Kammamuri
con voz insegura.
-Veo un traje blanco en medio del grupo. ¡Mire!
-Sí, sí, ¡lo veo!-exclamó Sandokán con júbilo
indescriptible.-Es él, mi buen Yáñez. ¡Pronto, hermano mío, pronto!
(…)
Al descubrir a su amigo, Sandokán no pudo dominarse. Corrió
a su encuentro y, apartando violentamente, a los indios, le estrechó con fuerza
contra su pecho. Y, sin embargo, aquel hombre era el Tigre de Malasia, el feroz
jefe de los piratas de Mompracem que llevaban tantos años ensangrentando las
ondas del mar malayo.
-¡Yáñez! ¡Hermano mío!- exclamó con voz sofocada por la
alegría.
-¡Sandokán, amigo mío, por fin vuelvo a verte!- gritó el
buen portugués, que no estaba menos conmovido.- ¡Por Júpiter, creí que no
volvería a abrazarte!
-No nos separaremos más amigo mío, te lo juro.”
¿Qué os decía? Esta amistad es de lo más enternecedor del
libro.
-James Brooke, muy buen antagonista. Amable y atento con quien
le puede beneficiar, pero cruel, frío, astuto y manipulador cuando adquiere su
personalidad de “Exterminador de Piratas”.
-Reconciliación entre tío y sobrino. Seguro que no he sido
la única en gritar: “¡POR FIN!”. Me eché a llorar de pura emoción cuando lord
James Guillonk perdona a Sandokán por robarle a su sobrina, y el abrazo que
sigue… BUF, no me lo esperaba en absoluto, ¿quién lo iba a imaginar? Pues
Emilio Salgari, que nos vuelve a dejar con la boca abierta. Absolutamente
maravilloso, alcancé nivel de alegría plena (y eso que ocurre cuando capturan a
Sandokán) =).
-No me convence:
-¿Qué pasa con John, alias el galés? Estoy hablando del
compañero que se echan en el barco de forzados, ese hombre de fuerza increíble
que ayuda a Sandokán a organizar un motín. Sí, sabemos que sobrevive a la
matanza organizada por los dayaks (que por cierto, es bastante cruel), y
supongo que es hecho preso de nuevo junto con el Tigre y los demás piratas.
Pero de repente desaparece, así tal cuál, y al final del libro no sabemos si ha
muerto, si sigue vivo, si se ha marchado con los de Mompracem o si se pudre en
las mazmorras de Sarawak.
-Emmm… ¿Aler-Duk no murió en la defensa de la isla? Sabemos
que se encontraba allí, y al final de la batalla, dicen que todos han muerto
excepto Sandokán, Ada, Tremal-Naik, Yáñez, Kammamuri, Sambigliong y Tanauduriam
(madre mía con los dos últimos nombres…). Por tanto, damos por supuesto que
Aler-Duk ha perecido, ¿no es así? Bueno, lo único reseñable de él es que es de
los pocos piratas de Mompracem del cuál sabemos el nombre, por tanto, te das
cuenta que no se halla entre los supervivientes. Lo que a mí no me cuadra es
que, al final del libro, Aler-Duk aparece liderando a los piratas que vienen de
Mompracem a apoyar la rebelión de Sarawak. Ummm… guay, pero la pregunta del
millón es: ¿Cómo es que sigue vivo? En fin, misterios literarios. Quizás a
Salgari se le olvidó señalar que Aler-Duk se escondió tras una palmera durante
el ataque, que después consiguió un barco y llegó a Mompracem con tiempo para
marchar a la rebelión.
-Crimen:
-Solo ha habido una cosa que me ha dividido en dos: la muerte
de Mariana Guillonk. Veamos mis reacciones según el punto de vista:
1) Punto de vista literario: Maravilloso. La historia
de amor entre la inglesa y el pirata enamora a cualquiera, pero el matar a
Mariana nos muestra a un Sandokán más humano y débil, capaz de llorar por ella
o de derrumbarse de dolor cuando se la nombra. Es perfecto, y además, sin
muerte no hay trama, ya que el Tigre se ofrece para salvar a Tremal-Naik,
porque este es el prometido de Ada, la prima de Mariana.
![]() |
El hombre que creó la historia de amor más conmovedora en la literatura de piratas. |
2) Punto de vista fan: Atención, porque voy a
gritar: PERO SALGARI, ¿¡CÓMO SE TE OCURRE!? VEAMOS, CREAS LA HISTORIA DE AMOR MÁS
BONITA Y TIERNA DEL MUNDO, ¿¡Y LUEGO TE CARGAS A LA CHICA!? ¿¡EN SERIO!? PUES
NO. RESUCÍTALA. YA. ¡¡QUIERO DE VUELTA A MARIANA!! ¿TE PARECE BONITO DEJAR A SANDOKÁN
SIN LA MUJER DE SU VIDA? ¿¡PERO CÓMO PUEDES SER TAN CRUEL!? QUE NO, QUE LA
RESUCITES, VOY A RETROCEDER EN EL TIEMPO Y TE VOY A ECHAR LA BRONCA DEL AÑO, DESTRUCTOR DE HISTORIAS DE AMOR. ¡¡QUEREMOS A MARIANA DE VUELTA!!
-Mensaje:
Los hombres no siempre son lo que parecen: un pirata puede
ser un héroe, y un gobernador puede ser un asesino.
Aunque hayas perdido a una persona querida, el amor que sientes
por ella nunca morirá.
Nunca dudes en luchar por las causas nobles y justas, aunque
todo el mundo parezca estar en tu contra.
Si tienes un amigo fiel y leal: cuídalo. No lo pierdas ni
por todo el oro del mundo, porque dinero hay mucho, pero amigos de verdad
pocos.
La venganza nunca es buena, sean cuales sean tus razones.