sábado, 27 de septiembre de 2014

Crítica a "Los Piratas de Malasia" (Emilio Salgari)

El libro del que voy a hablar a continuación se trata del tercero de la saga protagonizada por el célebre pirata malayo Sandokán. ¿Quién no ha oído hablar de él? Lamentablemente, me temo que unos cuántos. En los años 70-80 hubo una famosa serie que le otorgó una merecida fama, pero los chicos de hoy en día no creo que le conozcan. Una verdadera pena, porque el libro en cuestión me ha encantado.
Es el tercero (el segundo protagonizado por Sandokán) de esta saga, pero cuando yo me lo compré, pensé que se trataba del primero, el cuál me había leído anteriormente en forma de cómic. Por tanto, al descubrir que era el siguiente, no me preocupé, ya que me conocía de sobra la historia principal: Sandokán es príncipe malayo destronado por los ingleses. Para luchar contra ellos, se convierte en un invencible pirata (El Tigre de Malasia) que, ayudado por su inseparable amigo portugués Yáñez, y por su banda (los piratas de Mompracem, apodados “cachorros” por Sandokán), se convertirá en el terror de los mares de Borneo. A destacar también el apasionado amor que surge entre él y Mariana, una joven inglesa.
El primer libro narra el comienzo de ese amor, el segundo (en el que Sandokán no aparece) narra las aventuras de Tremal-Naik y Kammamuri, y el tercero (el que me he leído) junta a todos los personajes de los libros anteriores en una sola historia.
Mi nota es un 9,6. Sabía que me iba a gustar (de pequeña mi madre me leía el cómic, y la historia de amor entre Sandokán y Mariana se convirtió en una de mis favoritas), así que caer encandilada por la lectura no fue una sorpresa.
Aquellos que adoran a los piratas, los que creen que “Piratas del Caribe” es la mejor saga sobre estos personajes… que se lean este libro. Los piratas de Mompracem son un gigante comparados con los piratas de Jack Sparrow.
A partir de aquí, pasemos con los spoilers (AVISO: Si los lees, te cargas la trama de los dos primeros libros):
-Bien hecho:
-Sandokán. Sandokán. Sandokán, Sandokán, Sandokán. ¡¡SANDOKÁN!! ¿He dicho ya a Sandokán? A-DO-RO A ES-TE PI-RA-TA. LE ADORO!! AISH, héroe de mi infancia, no ha podido gustarme más J. Emilio Salgari hace gala de su genialidad literaria creando a este personaje, que bien puede organizar un motín matando a toda la tripulación, como secuestrar un navío y pagar a sus tripulantes una cantidad mucho mayor que el precio real del barco. Desprecia a los cobardes y a los débiles, pero cuando estos se hayan el peligro, corre a ayudarles. Es un titán de los mares: fuerte, serio, valiente, aparentemente invencible e imperturbable, que contempla con frialdad una monstruosa tempestad, que se ríe de las balas y lucha por cualquier causa que considere justa. Un coloso de hierro para algunos, pero que se derrumba al recordar a su difunta esposa (Emilio Salgari pagará muy caro eso…). ¿Mejorable? En mi opinión, no. Jack Sparrow debe de morirse de envidia al contemplarle.
-Los personajes secundarios, tales como Ada Corishant, Tremal-Naik, Kammamuri, lord James Guillonk, el galés, el sobrino de Muda-Hassin, así como los piratas de Mompracem… Todos absolutamente perfectos y con sus respectivas historias magníficamente entrelazadas con la de Sandokán.
-El portugués Yáñez. No solo aporta un humor que se agradece en ocasiones, sino que es un modelo de lealtad y coraje. Un blanco que odia a los hombres de su color, y que se encuentra más a gusto entre piratas que entre la corte. Capaz de cumplir sus objetivos de la forma más imaginativa posible, y el vínculo que mantiene con Sandokán es, sin duda, lo mejor de estos personajes. Repasemos: Sandokán captura a Yáñez (si no recuerdo mal) al asaltar un barco, y este se une a los piratas de Mompracem. Con el paso del tiempo, el Tigre de Malasia llega a confiar más en este blanco que en cualquiera de sus piratas más leales. Lo que empieza como una relación jefe-subordinado, se convierte en una amistad sincera y fuerte, tanto, que ambos llaman “hermano” al otro. ¡Pero si Sandokán devuelve a James Brooke vivito y coleando para poder recuperar la libertad de Yáñez! Hay gente que dice que los mejores piratas son aquellos que hacen gala de frialdad y dureza, las cuales son vencidas por la dulzura de la muchacha de turno. Pues que digan lo que quieran, pero el tierno abrazo que Sandokán le da a Yáñez cuando este es liberado, para mí, es mucho mejor que cualquier apariencia de ser inalcanzable. Y aquí os dejo la prueba:
“Sandokán se puso en pie de un salto. En su rostro, habitualmente impasible, se pintaba una viva ansiedad, era evidente que aquel hombre, aquel pirata sanguinario, quería entrañablemente a su fiel compañero, el valeroso Yáñez.
-¿Dónde está? ¿Dónde está?...-le oyó murmurar Kammamuri con voz insegura.
-Veo un traje blanco en medio del grupo. ¡Mire!
-Sí, sí, ¡lo veo!-exclamó Sandokán con júbilo indescriptible.-Es él, mi buen Yáñez. ¡Pronto, hermano mío, pronto!
(…)
Al descubrir a su amigo, Sandokán no pudo dominarse. Corrió a su encuentro y, apartando violentamente, a los indios, le estrechó con fuerza contra su pecho. Y, sin embargo, aquel hombre era el Tigre de Malasia, el feroz jefe de los piratas de Mompracem que llevaban tantos años ensangrentando las ondas del mar malayo.
-¡Yáñez! ¡Hermano mío!- exclamó con voz sofocada por la alegría.
-¡Sandokán, amigo mío, por fin vuelvo a verte!- gritó el buen portugués, que no estaba menos conmovido.- ¡Por Júpiter, creí que no volvería a abrazarte!
-No nos separaremos más amigo mío, te lo juro.”
¿Qué os decía? Esta amistad es de lo más enternecedor del libro.
-James Brooke, muy buen antagonista. Amable y atento con quien le puede beneficiar, pero cruel, frío, astuto y manipulador cuando adquiere su personalidad de “Exterminador de Piratas”.
-Reconciliación entre tío y sobrino. Seguro que no he sido la única en gritar: “¡POR FIN!”. Me eché a llorar de pura emoción cuando lord James Guillonk perdona a Sandokán por robarle a su sobrina, y el abrazo que sigue… BUF, no me lo esperaba en absoluto, ¿quién lo iba a imaginar? Pues Emilio Salgari, que nos vuelve a dejar con la boca abierta. Absolutamente maravilloso, alcancé nivel de alegría plena (y eso que ocurre cuando capturan a Sandokán) =).
-No me convence:
-¿Qué pasa con John, alias el galés? Estoy hablando del compañero que se echan en el barco de forzados, ese hombre de fuerza increíble que ayuda a Sandokán a organizar un motín. Sí, sabemos que sobrevive a la matanza organizada por los dayaks (que por cierto, es bastante cruel), y supongo que es hecho preso de nuevo junto con el Tigre y los demás piratas. Pero de repente desaparece, así tal cuál, y al final del libro no sabemos si ha muerto, si sigue vivo, si se ha marchado con los de Mompracem o si se pudre en las mazmorras de Sarawak.
-Emmm… ¿Aler-Duk no murió en la defensa de la isla? Sabemos que se encontraba allí, y al final de la batalla, dicen que todos han muerto excepto Sandokán, Ada, Tremal-Naik, Yáñez, Kammamuri, Sambigliong y Tanauduriam (madre mía con los dos últimos nombres…). Por tanto, damos por supuesto que Aler-Duk ha perecido, ¿no es así? Bueno, lo único reseñable de él es que es de los pocos piratas de Mompracem del cuál sabemos el nombre, por tanto, te das cuenta que no se halla entre los supervivientes. Lo que a mí no me cuadra es que, al final del libro, Aler-Duk aparece liderando a los piratas que vienen de Mompracem a apoyar la rebelión de Sarawak. Ummm… guay, pero la pregunta del millón es: ¿Cómo es que sigue vivo? En fin, misterios literarios. Quizás a Salgari se le olvidó señalar que Aler-Duk se escondió tras una palmera durante el ataque, que después consiguió un barco y llegó a Mompracem con tiempo para marchar a la rebelión.
-Crimen:
-Solo ha habido una cosa que me ha dividido en dos: la muerte de Mariana Guillonk. Veamos mis reacciones según el punto de vista:
1) Punto de vista literario: Maravilloso. La historia de amor entre la inglesa y el pirata enamora a cualquiera, pero el matar a Mariana nos muestra a un Sandokán más humano y débil, capaz de llorar por ella o de derrumbarse de dolor cuando se la nombra. Es perfecto, y además, sin muerte no hay trama, ya que el Tigre se ofrece para salvar a Tremal-Naik, porque este es el prometido de Ada, la prima de Mariana.
El hombre que creó la historia
de amor más conmovedora en la
literatura de piratas.
2) Punto de vista fan: Atención, porque voy a gritar: PERO SALGARI, ¿¡CÓMO SE TE OCURRE!? VEAMOS, CREAS LA HISTORIA DE AMOR MÁS BONITA Y TIERNA DEL MUNDO, ¿¡Y LUEGO TE CARGAS A LA CHICA!? ¿¡EN SERIO!? PUES NO. RESUCÍTALA. YA. ¡¡QUIERO DE VUELTA A MARIANA!! ¿TE PARECE BONITO DEJAR A SANDOKÁN SIN LA MUJER DE SU VIDA? ¿¡PERO CÓMO PUEDES SER TAN CRUEL!? QUE NO, QUE LA RESUCITES, VOY A RETROCEDER EN EL TIEMPO Y TE VOY A ECHAR LA BRONCA DEL AÑO, DESTRUCTOR DE HISTORIAS DE AMOR. ¡¡QUEREMOS A MARIANA DE VUELTA!!
-Mensaje:
Los hombres no siempre son lo que parecen: un pirata puede ser un héroe, y un gobernador puede ser un asesino.
Aunque hayas perdido a una persona querida, el amor que sientes por ella nunca morirá.
Nunca dudes en luchar por las causas nobles y justas, aunque todo el mundo parezca estar en tu contra.
Si tienes un amigo fiel y leal: cuídalo. No lo pierdas ni por todo el oro del mundo, porque dinero hay mucho, pero amigos de verdad pocos.
La venganza nunca es buena, sean cuales sean tus razones. 

lunes, 15 de septiembre de 2014

La infinita Generación Y

En el ABC Semanal de hace unos días (no recuerdo exactamente la fecha), la imagen del actor David Matarín inundaba la portada. Salía con los brazos en jarras, y de cara a la cámara con un rostro que parecía decir: “¿Qué estás mirando?”
Buen frase para un título, pero equivocada.
El título que le acompañaba era: “Generación Y (yo, yo, yo)” y especificaba: “Nacieron entre 1986 y 2002. Son narcisistas, vagos y tecnoadictos, pero van a cambiar el mundo… y hasta mejorarlo. Le contamos por qué.”
Gran fail de entrada. Yo me pregunto: ¿Cómo una panda de narcisistas, vagos y tecnoadictos van a mejorar el mundo? Veo agujeros en la afirmación por todos lados. Es imposible que un tipo que no da palo en toda su vida, y que lo único que le preocupa es su propia comodidad, vaya a cambiar el mundo para bien. Primero se tendría que levantar de su cama y decidir hacer algo.
¿Por qué leí este artículo? Pues por la simple razón de que yo pertenezco, según ellos, a la Generación Y, a la de los millenials.
Tengo que admitir que en parte llevan razón: entre 1986 y 2002 hay una alarmante cantidad de personas que no han cogido un libro en toda su vida (los obligados del colegio no cuentan) y que su imaginación y creatividad están enterradas en un rincón abandonado de su cerebro. Pero de esos hay en todas las generaciones, sean Y, X, Z o cualquier letra que se les ocurra.
El título perfecto sería: “Generación Y (yo, yo, yo): se encuentran en todas las épocas, pero hay peligro de que inunden la franja de los millenials.
En el grueso del artículo dicen que somos unos niños malcriados que se miran el ombligo, y cuyas habitaciones se encuentran llenas de trofeos, diplomas y premios, porque nuestros padres pensaron que aumentarnos la autoestima sería la clave de nuestro éxito en la vida.
Me gustaría corregir algunos aspectos, que iré enumerando uno por uno, para dar a entender que la Generación Y no se encuentra conglomerada en un límite de tiempo, sino que están por todas partes, ya sea en mayor o en menor cantidad:
1)      Los niños de hoy en día están todo el día wasapeando y haciéndose selfies absurdos en toda situación posible. Es cierto, pero se equivocan en algo: la generalización es un error común, pero no deja de ser un error. Conozco a un montón de gente (lamentablemente) que se identifica con este perfil; pero también sé de otros muchos, cuyo último entretenimiento sería hacerse fotos poniendo morritos con un amigo, y colgarlas en Instagram diciendo: “Tarde 10 con Sofii <3 Hermanas de por viida tk goordii”. Que yo sepa, hay muchos adultos que imitan a sus hijos y se hacen selfies en conciertos o quedadas con colegas de la infancia. Por no decir a esos adictos al Whatsapp: no nos engañemos, todos hemos visto a gente de treinta para arriba sentada en una cafetería, tecleando furiosamente el móvil y sin probar su café (que el pobrecillo no tiene función hasta que el adulto en cuestión deja su teléfono).
2)      Somos niños malcriados, vagos, narcisistas y tecnoadictos, que nos hemos criado entre algodones. Pues de nuevo se encuentran en una tremenda equivocación. Mucha gente trabajadora, humilde y generosa, que se deja la piel en sus estudios o en conseguir un empleo estable, se indignarían al oír esta afirmación. Porque niños malcriados hay en todas las épocas, y el hecho de que haya más en la mía, es perfectamente lógico: La Movida, con su concepto de libertad mal entendido (yo hago lo que me da la gana), la sexualidad desenfrenada (donde ocho novios pueden ser ochenta), emergencia del sentido materialista de la vida (donde hay un desapego a la fe), y la ruptura con todo lo anterior (algo totalmente estúpido, ya que lo nuevo se construye necesariamente sobre lo viejo. La arquitectura, la historia, el arte… Aunque claro, hacer comprender a miles de adolescentes con las hormonas disparadas que todo lo que hacían sus padres no tiene por qué ser malo, puede ser peligroso). Todo eso, que ha sido transmitido a los jóvenes de hoy, ha producido que el número de adolescentes Y se haya multiplicado.
3)      El tema de las habitaciones llenas de trofeos, medallas, diplomas, y demás premios que nuestros padres nos han animado a colocar para, según el artículo, ver aumentada nuestra autoestima (ya que creen que eso es la clave para conseguir el éxito). Bueno, colgar un diploma de graduación de Infantil a Primaria en la pared, no significa que tu mayor logro haya sido aprender las letras. ¿Qué tiene de malo exhibir los trofeos? A todo el mundo le gusta ser admirado, tener su habitación con medallas y premios no significa que seamos narcisistas. Es solo que nos enorgullecemos de lo conseguido (o que nos da pereza quitar el diploma de antaño porque le hemos cogido cariño).
Total, ¿cuál es mi opinión final?
Pues eso, que Generación Y hay en todos lados, y seguro que en la Edad Media había una gran cantidad (no hay más que mirar a los nobles de la clase alta, o al rey que se creía elegido por Dios) de ellos. Decir que los millenials son la Generación Y es equivocarse completamente. El que haya más cantidad de ellos entre 1985 y 2002 no quiere decir que se encuentren todos ahí. Y de hecho, me gustaría decir una cosa: ¿Soy la única que piensa que los verdaderos niños (ojo, he dicho niños, no adolescentes) tecnoadictos son los nacidos en los siguientes años? Yo me pasé mi infancia viendo películas Disney, pasando el rato con las Barbies, saltando en el parque de bolas y jugando al pilla-pilla o al Liebre.
El poder hipnotizador de la tableta, que a día de hoy tiene más víctimas.
Hace tiempo oí una frase: “Ahora los niños de ocho años tienen tableta, móvil, Iphone, PlayStation…” Muchos de ellos concuerdan con esta definición, pero no todos. ¿Y qué hay de la generación de nuestros abuelos? ¿También había algún G.Y. por ahí? Pues seguro que si recorremos de punta a punta todo el planeta, encontramos unos cuantos. En menor cantidad, pero los encontramos. Esto demuestra que la Generación Y no solo pertenece a los alrededores del segundo milenio. Pueden decirlo, si quieren, pero la cruda realidad es que dichas personas existieron, existen, y existirán toda la vida.

¿Qué la Generación Y es la de los millenials? Entiendo que su número ha crecido peligrosamente, pero este tipo de gente no va a existir solo en un tiempo determinado. La Generación Y nos ha acompañado durante toda la historia de la humanidad; podemos añadirles adjetivos (como tecnoadictos) o quitárselos (como elegidos de Dios por encima de los demás), pero seguirán siendo los mismos. Y hasta que no nos espabilemos e intentemos mejorar, me da a mí que cuando el Sol trague a la Tierra todavía habrá alguno que dirá: “ ¡Soy demasiado guapo para morir así!¡Y espera! ¡Tengo que responder a un Whatsapp!”.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Crítica a "Señora Doubtfire: Papá de por vida".

La primera película de Robin Williams que veo después de su muerte, y el resultado ha sido lamentarme por su repentina desaparición. ¡Increíble! No he podido parar de reír en las dos horas que dura.
Mi nota es un 9. Al ser una comedia muy bien hecha, con un argumento original y teniendo un elenco de lujo (nada más y nada menos que Robin Williams, Sally Field y Pierce Brosnan), no se podía esperar nada malo. Y su premio Óscar al Mejor Maquillaje no podía ser más merecido.
La película narra el accidentado divorcio del protagonista, Daniel Hillard (Robin Williams) con su mujer Miranda (Sally Field). El juez determina que la custodia de sus tres hijos será para Miranda de momento, dando a Daniel la oportunidad de tener la custodia conjunta si consigue hogar y trabajo en tres meses. Mientras tanto, solo podrá ver a sus pequeños los sábados. Este poco tiempo hace a Daniel tomar una decisión: aprovechando que su exmujer busca una empleada del hogar, se hace pasar por una ficticia ama de llaves británica llamada Sra. Doubtfire. Gracias a este disfraz, Daniel podrá ver a sus hijos a diario, revolucionando la casa al completo y vigilando a un pretendiente de su exmujer (Pierce Brosnan), que causa peligro de adueñarse de su familia.
Con esto aclarado vamos con los spoilers:
-Bien hecho:
-El maestro Robin Williams vuelve a demostrar que ningún papel se le resiste. Me ha hecho reír y reír con este personaje, con sus acentos y sus problemas. Una interpretación rotunda de 10, me ha encantado. Una pena que haya desaparecido de nuestro mundo con un final tan trágico.
-Sally Field (aunque su personaje no me cae muy bien) y Pierce Brosnan también están perfectos. Evidentemente, no alcanzan el nivel de Williams con su interpretación, pero se ponen a la altura de las expectativas. Breve reconocimiento a Sally Field en la escena donde Miranda descubre la verdad sobre la Sra. Doubtfire.
La Sra. Doubtfire en pleno baile de limpieza
-El personaje de la Sra. Doubtfire. Todos sus diálogos son perfectos y geniales, cada uno tiene miles de ocurrencias graciosas, sin embargo, ninguna de ellas llega a cansarte ni a hacerse repetitiva. Su forma de vestir, de hablar, absolutamente todo de ella es cómico.
-El maquillaje. El Óscar no podría haber sido para otra película, la forma en la que transforman a Daniel Hillard en la Sra. Doubtfire me dejó con la boca abierta.
-Los piques entre Daniel y Stuart (Pierce Brosnan). No podía parar de reír.
-La hija pequeña de Daniel y Miranda!! Me refiero a Mara Wilson, en cuanto la vi solo pude decir: “¡Pero si esa es Matilda!”. Pues sí, resulta que la chica es la misma actriz de la película “Matilda”, que trata sobre una niña con poderes, filme imprescindible en mi infancia.
-La escena del intento de robo del bolso. La Sra. Doubtfire forcejeando con el ladrón, y el posterior: "Encima me rompe el bolso, el muy hijo de (...)". Más gracioso, imposible.
-No me convence:
-El final. Quizás es porque a mí me gustan mucho los finales absolutamente piruletas, esos dónde se arregla todo. Por eso mismo, el hecho de que Daniel no reconquiste a Miranda no me acabó de gustar. Toda la película haciéndome la idea de que iban a acabar juntos de nuevo, y en cinco escasos minutos se me fue al traste la esperanza. Al final comprendí que era el mejor desenlace, porque sería absolutamente irreal que ocurriera algo diferente. Aún así, seguí con la espinita clavada.
-Crimen:
-El personaje de Miranda Hillard no me gusta. Me repatea su comportamiento para con Daniel: acortando aún más el tiempo de visita de los hijos con su padre, poniendo verde a Daniel enfrente de sus hijos, su comportamiento de víctima, su silencio en el juzgado…
-Las escenas dónde Daniel se embarca en una frenética carrera para cambiarse de disfraz y lograr estar en dos lugares a la vez. Son muy graciosas, pero no sé cómo me ponen de los nervios.  
-Mensaje:
-Un buen padre puede hacer cualquier cosa con tal de estar con sus hijos.

-El divorcio nunca es justo para los pequeños, que son los que sufren más al ver a sus padres separados.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Crítica a "Miguel Strogoff" (Julio Verne)

Al fin me he terminado este libro, el primero que me leo de este genio de la literatura.

Supongo que la trama es de conocimiento público (quién no haya oído hablar nunca de Miguel Strogoff tiene un serio problema con la cultura), pero por si acaso, haré un breve resumen para aquel que no tenga mucha idea: Rusia es invadida por un ejército tártaro dirigido por Feofar-Khan y el traidor ruso Iván Ogareff, cuyo único afán es matar a la persona que le desterró: el hermano del zar, el gran duque, que reside en Irkutsk. Para detenerle y dar, a su vez, los movimientos de las tropas rusas al gran duque (que se haya en completa ignorancia, debido al corte de comunicaciones entre Rusia occidental y oriental), el zar envía a un correo siberiano llamado Miguel Strogoff, el cual deberá atravesar un país invadido, con un traidor al acecho, y recorrer cinco mil doscientas verstas hasta llegar a su destino: Irkutsk. Allí deberá entregar la carta del zar al hermano de este. Para cumplir su cometido, hará un viaje en el que abundarán los peligros, las fatalidades y los sacrificios, pero también establecerá amistades con las personas más insospechadas.
¿Nota? Agg, lo que me gustaría darle un 10, pero el 10 lo tengo reservado para un libro que me estoy leyendo en este momento y que, sin ninguna duda, supera a Miguel Strogoff. Por tanto, le doy un 9’7.
Sinceramente, me ha encantado. No me esperaba tanto de él, pero me ha sorprendido gratamente; aunque fijándonos en su autor, no sé cómo pude pensar que el libro iba a ser normalito.
A partir de aquí, vamos con los spoilers, así que, quién lo vaya a leer (lo recomiendo a todo el mundo) que no vea nada más:
-Bien hecho:
-Miguel Strogoff!! En mi vida un protagonista me había enamorado de esta manera (exceptuando a ESDLA). Valiente, honorable, fuerte, regio, apuesto y con un sentido del deber envidiable, pero a la vez compasivo, amable y atento. El zar dice de él que: “Es en verdad un hombre”. No puedo estar más de acuerdo con él. Un personaje de 10.
-Nadia Fedor. La compañera de viaje (y futura esposa J) de Miguel Strogoff es bella y joven, pero demuestra una valentía, fuerza y agradecimiento increíbles. Me rendí a ella en la segunda parte del libro, cuando Miguel Strogoff se queda ciego y Nadia le guía hacia Irkutsk.
-Los personajes secundarios: Marfa Strogoff (que nos pega un susto de narices cuando parece que muere), Wasili Fedor (no entiendo cómo pudieron desterrar a un hombre tan adorable), Nicolás Pigassoff (un personaje absolutamente entrañable, me hiciste llorar hasta quedarme sin lágrimas), la gitana Sangarra (por muy mal que me caiga tengo que admitir que es una villana increíble)… Todos son perfectos.
-Iván Ogareff. Le aborrezco a más no poder, y cuando al fin muere, casi grito de alegría. Y sin embargo, su caracterización como antagonista no podía ser mejor. Traidor, miserable, un maestro del disfraz, sin escrúpulos y con un odio enorme. Comparte lista de los malos perfectos con Darth Vader y Voldemort.
-El final. Perfecto, sublime, una frase que te corta la respiración y que nos deja con ganas de más libro.
-La boda de Nadia y Miguel Strogoff. Toda la novela esperándolo, cuando llega no puede ser mejor. Adoro la declaración y el vínculo que une a los enamorados: no podría mejorar más.
-Que Miguel Strogoff no estuviera ciego. La verdad es que me dieron ganas de retroceder en el tiempo y zurrar a Julio Verne cuando vi que quemaban los ojos al protagonista. Suprema genialidad eso de revelar al final del libro que el correo del zar nunca dejó de ver, el final llegó a un punto en el cuál era imposible añadir más alegría.
Los corresponsales en mitad de una pelea
-Alcide Jolivet y Harry Blount se merecen un apartado especial. Estos dos corresponsales tan diferentes me enamoraron desde el primer instante, y han acompañado al protagonista durante todo el libro, jugándose el cuello para conseguir más noticias que su oponente. Como su enemistad acaba convirtiéndose en un afecto sincero es lo mejor, y un aplauso especial para Jolivet, cuyo buen humor y su chispa me han hecho reír en más de una ocasión.
-No me convence:
-Feofar-Khan parece más el perrito faldero de Iván Ogareff que su superior. Menudo mando debe de tener, si cuando muere Ogareff se derrumba progresivamente todo su ejército. Seamos sinceros, el villano real es el traidor ruso, Feofar-Khan puede ser el líder de los tártaros, pero es más inútil que un pegamento de barra intentando unir dos piezas de metal. No hace nada excepto quedarse sentado y dictar la sentencia a Miguel Strogoff; me hubiera gustado que tuviera un poquito más de protagonismo.
-Crimen:
-La muerte de Nicolás Pigassoff. ¿De verdad hacía falta? Muy mal, Julio Verne, muy mal. ¿Cómo se te ocurre matar de una forma tan cruel a un personaje tan adorable? Lloré como una enana al leerlo. Y lo de que Miguel y Nadia lleguen en el último momento, solo con tiempo de oír sus últimas palabras… Eso ya fue demasiado para mí. ¡Tendría que haber seguido viviendo! Y encima matan también a su perro Serko, al cuál podría haber dejado en pie para consolarnos un poco.
-Sangarra y su plan de “vamos a torturar a Marfa hasta que nos suelte todo lo que sabe sobre su hijo”. ¿En serio? Me puso de los nervios. Y su rollo de acosadora para con la pobre anciana solo agravó más mi aversión hacia ella. Como mala lo borda, pero torturar a los lectores de ese modo…
-La escena de la humillación producida por Iván Ogareff a Miguel Strogoff en Ichim. Vale, sé que era necesaria y todo eso, pero ver reducido a nuestro hombre al modelo de cobarde, observar perplejos como es despreciado por el encargado de postas, ponernos de los nervios al saber que Miguel no puede responder a la provocación para no ser descubierto… Incluso la decepción de los corresponsales me pareció indignante. Luego se arregla todo, claro, con Miguel pegando un latigazo a la cara de Ogareff cuando ya no podía perder nada. Aún así, esa escena fue una auténtica tortura.
-¿Cómo es que no ponen un solo mapa en este libro? Vamos a ver, estamos hablando de un recorrido a través de un país como Rusia, con sus pueblos llenos de “k”, “z”, “v” y demás sonidos guturales. Se hubiera agradecido un pequeño mapa para guiarnos un poco. Nijni-Novgorod, Bialystok, Kazán, Perm, Omsk, Tomsk, Krasnoiarsk… por no hablar de los ríos y lagos; hice más viajes al mapa de mi cuarto que al baño en una semana. Lo que con su presencia me salvó en “Yo soy Malala”, me ha condenado en “Miguel Strogoff” con su desaparición.
-Mensaje:
a) El deber puede mover a un hombre a permanecer de pie hasta no poder más.
b) En las situaciones más desalentadoras puedes hallar amigos maravillosos que te ayudarán a llegar a tu destino.

c) No hay mayor recompensa que el orgullo de un trabajo bien cumplido.