lunes, 1 de septiembre de 2014

Crítica a "Miguel Strogoff" (Julio Verne)

Al fin me he terminado este libro, el primero que me leo de este genio de la literatura.

Supongo que la trama es de conocimiento público (quién no haya oído hablar nunca de Miguel Strogoff tiene un serio problema con la cultura), pero por si acaso, haré un breve resumen para aquel que no tenga mucha idea: Rusia es invadida por un ejército tártaro dirigido por Feofar-Khan y el traidor ruso Iván Ogareff, cuyo único afán es matar a la persona que le desterró: el hermano del zar, el gran duque, que reside en Irkutsk. Para detenerle y dar, a su vez, los movimientos de las tropas rusas al gran duque (que se haya en completa ignorancia, debido al corte de comunicaciones entre Rusia occidental y oriental), el zar envía a un correo siberiano llamado Miguel Strogoff, el cual deberá atravesar un país invadido, con un traidor al acecho, y recorrer cinco mil doscientas verstas hasta llegar a su destino: Irkutsk. Allí deberá entregar la carta del zar al hermano de este. Para cumplir su cometido, hará un viaje en el que abundarán los peligros, las fatalidades y los sacrificios, pero también establecerá amistades con las personas más insospechadas.
¿Nota? Agg, lo que me gustaría darle un 10, pero el 10 lo tengo reservado para un libro que me estoy leyendo en este momento y que, sin ninguna duda, supera a Miguel Strogoff. Por tanto, le doy un 9’7.
Sinceramente, me ha encantado. No me esperaba tanto de él, pero me ha sorprendido gratamente; aunque fijándonos en su autor, no sé cómo pude pensar que el libro iba a ser normalito.
A partir de aquí, vamos con los spoilers, así que, quién lo vaya a leer (lo recomiendo a todo el mundo) que no vea nada más:
-Bien hecho:
-Miguel Strogoff!! En mi vida un protagonista me había enamorado de esta manera (exceptuando a ESDLA). Valiente, honorable, fuerte, regio, apuesto y con un sentido del deber envidiable, pero a la vez compasivo, amable y atento. El zar dice de él que: “Es en verdad un hombre”. No puedo estar más de acuerdo con él. Un personaje de 10.
-Nadia Fedor. La compañera de viaje (y futura esposa J) de Miguel Strogoff es bella y joven, pero demuestra una valentía, fuerza y agradecimiento increíbles. Me rendí a ella en la segunda parte del libro, cuando Miguel Strogoff se queda ciego y Nadia le guía hacia Irkutsk.
-Los personajes secundarios: Marfa Strogoff (que nos pega un susto de narices cuando parece que muere), Wasili Fedor (no entiendo cómo pudieron desterrar a un hombre tan adorable), Nicolás Pigassoff (un personaje absolutamente entrañable, me hiciste llorar hasta quedarme sin lágrimas), la gitana Sangarra (por muy mal que me caiga tengo que admitir que es una villana increíble)… Todos son perfectos.
-Iván Ogareff. Le aborrezco a más no poder, y cuando al fin muere, casi grito de alegría. Y sin embargo, su caracterización como antagonista no podía ser mejor. Traidor, miserable, un maestro del disfraz, sin escrúpulos y con un odio enorme. Comparte lista de los malos perfectos con Darth Vader y Voldemort.
-El final. Perfecto, sublime, una frase que te corta la respiración y que nos deja con ganas de más libro.
-La boda de Nadia y Miguel Strogoff. Toda la novela esperándolo, cuando llega no puede ser mejor. Adoro la declaración y el vínculo que une a los enamorados: no podría mejorar más.
-Que Miguel Strogoff no estuviera ciego. La verdad es que me dieron ganas de retroceder en el tiempo y zurrar a Julio Verne cuando vi que quemaban los ojos al protagonista. Suprema genialidad eso de revelar al final del libro que el correo del zar nunca dejó de ver, el final llegó a un punto en el cuál era imposible añadir más alegría.
Los corresponsales en mitad de una pelea
-Alcide Jolivet y Harry Blount se merecen un apartado especial. Estos dos corresponsales tan diferentes me enamoraron desde el primer instante, y han acompañado al protagonista durante todo el libro, jugándose el cuello para conseguir más noticias que su oponente. Como su enemistad acaba convirtiéndose en un afecto sincero es lo mejor, y un aplauso especial para Jolivet, cuyo buen humor y su chispa me han hecho reír en más de una ocasión.
-No me convence:
-Feofar-Khan parece más el perrito faldero de Iván Ogareff que su superior. Menudo mando debe de tener, si cuando muere Ogareff se derrumba progresivamente todo su ejército. Seamos sinceros, el villano real es el traidor ruso, Feofar-Khan puede ser el líder de los tártaros, pero es más inútil que un pegamento de barra intentando unir dos piezas de metal. No hace nada excepto quedarse sentado y dictar la sentencia a Miguel Strogoff; me hubiera gustado que tuviera un poquito más de protagonismo.
-Crimen:
-La muerte de Nicolás Pigassoff. ¿De verdad hacía falta? Muy mal, Julio Verne, muy mal. ¿Cómo se te ocurre matar de una forma tan cruel a un personaje tan adorable? Lloré como una enana al leerlo. Y lo de que Miguel y Nadia lleguen en el último momento, solo con tiempo de oír sus últimas palabras… Eso ya fue demasiado para mí. ¡Tendría que haber seguido viviendo! Y encima matan también a su perro Serko, al cuál podría haber dejado en pie para consolarnos un poco.
-Sangarra y su plan de “vamos a torturar a Marfa hasta que nos suelte todo lo que sabe sobre su hijo”. ¿En serio? Me puso de los nervios. Y su rollo de acosadora para con la pobre anciana solo agravó más mi aversión hacia ella. Como mala lo borda, pero torturar a los lectores de ese modo…
-La escena de la humillación producida por Iván Ogareff a Miguel Strogoff en Ichim. Vale, sé que era necesaria y todo eso, pero ver reducido a nuestro hombre al modelo de cobarde, observar perplejos como es despreciado por el encargado de postas, ponernos de los nervios al saber que Miguel no puede responder a la provocación para no ser descubierto… Incluso la decepción de los corresponsales me pareció indignante. Luego se arregla todo, claro, con Miguel pegando un latigazo a la cara de Ogareff cuando ya no podía perder nada. Aún así, esa escena fue una auténtica tortura.
-¿Cómo es que no ponen un solo mapa en este libro? Vamos a ver, estamos hablando de un recorrido a través de un país como Rusia, con sus pueblos llenos de “k”, “z”, “v” y demás sonidos guturales. Se hubiera agradecido un pequeño mapa para guiarnos un poco. Nijni-Novgorod, Bialystok, Kazán, Perm, Omsk, Tomsk, Krasnoiarsk… por no hablar de los ríos y lagos; hice más viajes al mapa de mi cuarto que al baño en una semana. Lo que con su presencia me salvó en “Yo soy Malala”, me ha condenado en “Miguel Strogoff” con su desaparición.
-Mensaje:
a) El deber puede mover a un hombre a permanecer de pie hasta no poder más.
b) En las situaciones más desalentadoras puedes hallar amigos maravillosos que te ayudarán a llegar a tu destino.

c) No hay mayor recompensa que el orgullo de un trabajo bien cumplido.

3 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho la entrada por que has hecho que de un libro que no me apeteciera leer me dieran unas ganas irresistibles de ir a la estantería para cogerlo desde el momento que termine. Enhorabuena! Deseando más entradas...

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    1. Gracias Kaden. Me alegro de que te haya gustado, y te recomiendo de verdad que te lo leas, no te vas a arrepentir ;)
      Muchas gracias por tu apoyo, sin personas como tú esto no sería posible. Igualmente recomiendo tu increíble blog (aunque estés empezando): www.lennmark.blogspot.com.es
      No dejes de escribir :P Y gracias de nuevo.

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  2. Carlos Venegas - 28 de abril de 2017
    Tengo 68 años. Acabo de comenzar a leer Miguel Strogoff, creo que voy en la decima oportunidad que me ocupo en su lectura, es uno de mis favoritos de Julio Verne (tal vez ocupe el 1er. lugar), es una joya, cada vez que lo he leido me siento joven otra vez. Una verdadera maravilla. Concuerdo plenamente con las opiniones anteriores y me alegro que las nuevas generaciones sean amantes de la buena (y sana) literatura y de los clasicos escritores como Salgari, Dumas, Verne y otros genios de la literatura popular.

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